El jefe de estado del país centroasiático destacó este jueves en una entrevista al rotativo Kazajstánskaya Pravda que los sucesos mundiales actuales podrían presagiar que el planeta se encuentra al borde de una de las crisis más graves de las últimas décadas.

Tokaev explicó que «como resultado de las guerras arancelarias de todos contra todos las cadenas de producción y comercio se interrumpen, los mercados están cayendo y se observa una alta volatilidad en los precios de las materias primas, lo que afectará inevitablemente a todos los países, incluido Kazajstán».

El jefe de estado destacó que, pese a la decisión estadounidense de pausar por 90 días los llamados aranceles «recíprocos» que iba a aplicar a partir del 9 de abril a decenas de países, la situación en el mercado se mantiene inestable y Kazajstán está tomando medidas para mitigar las consecuencias negativas para su economía.

Sin embargo, el presidente también expresó su confianza en que no hay motivos para el pánico.

Las crisis son positivas porque muestran claramente la presencia o ausencia de cualidades empresariales de los directivos y, además, generan nuevas oportunidades. Eso es fundamental para mantener la sostenibilidad de la economía nacional y la estabilidad social ante los golpes externos radicales, acotó.

Desde el 5 de abril, Estados Unidos aplica un arancel base del 10 por ciento, sumado a las tasas anteriores, para todos los productos importados con ciertas exenciones; y a partir del día 9 planeaba cobrar impuestos más elevados a las mercancías de 60 países con los que tiene déficit comercial.

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