El sismo de magnitud 7,7 del 28 de marzo fue uno de los más fuertes de Myanmar en un siglo, con un saldo de tres mil 645 muertos, edificios derrumbados, comunidades arrasadas y muchas personas privadas de alimentos, agua y refugio.
En un comunicado, la embajada china precisó que los fondos proporcionarán alimentos, medicinas y casas prefabricadas, así como el pago de grupos de expertos médicos, de prevención de epidemias y de evaluación de desastres.
Beijing envió equipos de primera respuesta, incluidos decenas de trabajadores de salud, expertos en terremotos, personal de hospitales de campaña y perros de rescate para aliviar la situación.
Además, prometió participar en la evaluación de las pérdidas por desastres y en la reconstrucción de varias zonas.
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