De acuerdo con el portavoz del Ejecutivo, Yoshimasa Hayashi, las iniciativas incluyen la cooperación con otros países y atender a la industria interna con las medidas necesarias.
Las decisiones corren a cargo del comité arancelario, grupo de trabajo compuesto por todos los ministros del gabinete por orden del primer ministro, Shigeru Ishiba, quien le encargó al equipo analizar el contenido de los decretos arancelarios y las consecuencias de la suspensión temporal de los impuestos aduaneros.
La entidad realizó este viernes su segunda reunión con la mira puesta también en posibles negociaciones con el gobierno de Estados Unidos.
En los últimos días, Japón ha expresado preocupación no solo por los impuestos aduaneros ahora pausados durante 90 días, sino por otros gravámenes que cobraron vigencia antes.
La administración del presidente norteamericano, Donald Trump, comenzó a aplicar -desde principios de marzo- un arancel del 25 por ciento a todas las importaciones de acero y aluminio.
Otro duro golpe a la economía nipona constituyó la puesta en práctica de una tarifa adicional del 25 por ciento a las importaciones de automóviles de compañías de Japón, un sector económico clave que acapara cerca del 30 por ciento de las exportaciones de este país a Estados Unidos.
Trump anunció dicha medida semanas después de imponer un nuevo impuesto del 25 por ciento a los automóviles fabricados fuera de su país, por lo que la nueva tasa para los vehículos importados de Japón se sumó a este gravamen.
Ishiba insiste en hacer esfuerzos diplomáticos y solicitar a Estados Unidos una revisión de todas las medidas.
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