Bajo el paraguas de la guerra comercial desatada por Estados Unidos y respondida con firmeza por China, el conservador Partido Popular (PP) y la ultraderecha de Vox, fustigaron el periplo de Sánchez, con énfasis en su estancia en Beijing.
Todo a partir del supuesto de escoger una fecha inapropiada en medio del conflicto internacional por la subida de aranceles del mandatario estadounidense, Donald Trump.
Sin embargo, como aclararon diversas fuentes y medios cercanos al Ejecutivo, el viaje de Sánchez estaba pactado hace meses y el hecho de que ocurriera en la semana más crítica de los aranceles fue una pura coincidencia.
Desde el Palacio de la Moncloa, el balance de las visitas, subrayaron funcionarios, evidencia que la política exterior del país cuenta con una identidad propia y actúa en favor de los intereses de España.
Adelantaron asimismo que pronto puedan verse resultados en el terreno económico con el anuncio de nuevas inversiones.
Un hecho fortuito, reconocieron fuentes oficiales, fue la atención mediática justo en el momento de la reunión entre el presidente chino, Xi Jinping, con Sánchez, cuando llegó el terremoto de intercambios de subidas de aranceles de Beijing con Washington.
Al respecto, remarcaron que lo sucedido hizo patenta la agenda propia de España, que actúa con su perfil, también en otros asuntos de interés mundial como la guerra en Ucrania o la situación en la Franja de Gaza, junto con la necesidad de lograr la paz en el Medio Oriente.
Ante la realidad de una transformación del orden internacional, España considera que se necesita hablar con el gigante asiático o, también con India, Brasil o Sudáfrica, sin renunciar por supuesto a un diálogo con EEUU.
No se pretende reemplazar a nadie, sino que lo que se busca es ampliar mercados, respondieron las fuentes a las descalificaciones de la derecha, al remarcar asimismo que el viaje fue coordinado con la Comisión Europea.
Tras tres viajes en poco más de dos años, es posible que Sánchez pueda visitar de nuevo China el año que viene, según las fuentes.
Desde la derecha, que incluye al líder de Vox, Santiago Abascal, defensor de los aranceles de Trump, hay temores de que una postura de alineamiento de Sánchez con Beijing pudiera enojar a la Casa Blanca.
Ayer, el diputado del grupo Sumar y portavoz de Izquierda Unida (IU) en la Cámara Baja, Enrique Santiago, consideró que el viaje a China de Sánchez sirve para situar a España en el ‘principal centro económico’ mundial frente a un Estados Unidos que está actualmente en ‘declive’.
Subrayó que la administración de Sánchez lleva años manteniendo una postura de absoluta apertura con el eje comercial asiático y este viaje estaba programado desde ‘hace más de seis meses’.
Santiago argumentó que la iniciativa del mandatario español va en la dirección ‘muy positiva’ frente a la ‘inseguridad absoluta’ que genera EEUU.
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