«Permanece estable, con mejoras en el humor y distensión abdominal», aseguró Elio Barreto, cirujano general y oncólogo.
Bolsonaro, de 70 años, ingresó este viernes a la clínica por «dolores insoportables» en el abdomen, en el momento en que enfrenta un proceso judicial por supuesto intento de golpe de Estado tras las elecciones de 2022.
Su hospitalización resulta la más reciente por problemas en la región abdominal, tras las puñaladas que recibió en un atentado durante la campaña electoral de 2018. Este viernes se preparaba para cumplir una agenda política en esa división territorial.
Por el momento, Bolsonaro no será transferido a Sao Paulo o a Brasilia, a pedido de la familia, comunicaron autoridades médicas.
«Se optó por su permanencia en el hospital. No hay previsión de alta», detallaron.
La tomografía mostró signos de suboclerosis intestinal, una obstrucción parcial del intestino que dificulta, pero no impide completamente, el paso de gases y heces.
No hay indicación quirúrgica y «se está evaluando continuamente con la realización de exámenes», precisó el cirujano Helio Barreto, quien admitió que el estado de salud del exgobernante (2019-2022) requiere cuidados.
«Gracias a Dios, mi cuadro está estable y sigo recuperándome, sin fiebre y con buena evolución clínica», propagó Bolsonaro en su cuenta en la red social X.
Tal publicación fue acompañada de una foto en la que aparece acostado en el hospital con una sonda nasal y electrodos en el pecho, mientras hace la señal positiva con la mano.
El político ultraderechista y otros siete aliados cercanos se tornaron acusados el 26 de marzo, después de la decisión unánime de la primera sala del Supremo Tribunal Federal sobre la tentativa golpista para impedir la asunción del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Prevaleció en esa determinación la opinión del relator, ministro Alexandre de Moraes, quien en la lectura de su voto elogió a la Fiscalía General y sostuvo la complejidad de la ruptura institucional.
«Ese propósito quedó evidente en los ataques recurrentes al proceso electoral, en la manipulación indebida de las fuerzas de seguridad para interferir en la elección popular, así como en la convocatoria del alto mando del Ejército para obtener apoyo militar a un decreto que formalizaría el golpe», refirió el magistrado.
Señaló que la organización criminal liderada por Bolsonaro siguió todos los pasos necesarios para derrocar al Gobierno legítimamente elegido. Con la querella recibida, los acusados pasan a responder penalmente por las acciones en el Supremo.
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