Al igual que en los días precedentes, un mar de gente inundó los estands de las casas editoriales para dialogar con los autores favoritos del público y llevarse a casa un libro dedicado, mientras que los más pequeños fueron protagonistas en diversas actividades, entre ellas la Aldea de los niños.
El espacio que convierte al libro en elemento central de la amplia vida cultural de la Ciudad de la Luz contó con un Salón Internacional, marcado por la participación de una decena de países y Marruecos como invitado de honor.
La presencia latinoamericana resultó discreta en el Festival del Libro de París, un evento consagrado a la literatura en francés y al público local, por lo que destacó entre los autores el colombiano Canizales con sus propuestas para los niños.
En diálogo con Prensa Latina, el creador de cuentos gráficos y 20 años de experiencia en este ámbito se mostró complacido por su primera incursión en el festival y por la acogida a sus obras. La editorial Père Fouettard compró varios de mis libros, que fueron traducidos del español al francés para su presentación aquí, trabajos en los que yo me ocupo de los textos y de las ilustraciones, detalló.
Canizales compartió con el público títulos como Preanimal: yo quiero ser un gato y El Monstruo Verde, propuestas que acercan a diversas generaciones de menores de edad a la naturaleza y contribuyen a que aprendan a conocerla, quererla y protegerla.
El evento continuó este domingo con sus conferencias y las visitas a exposiciones, como las que vinculan la literatura al mar y al cine, en el caso del séptimo arte con una muestra que celebra los 130 años del cine, organizada por Thierry Frémaux, director del Instituto Lumière y del prestigioso Festival de Cannes.
La fiesta de la lectura representó además una oportunidad de admirar en todo su esplendor al majestuoso Grand Palais, construcción parisina flanqueada por la avenida de los Campos Elíseos y el puente Alexander III, una sede rejuvenecida para los Juegos Olímpicos del año pasado.
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