Desde el cine Yara se hizo sentir el cariño y la admiración de nuevas generaciones de bailarines, a quien se entregó en cuerpo y alma a esta disciplina y a la Escuela Cubana de Ballet, hasta la hora final de su partida física.
El historiador del Ballet Nacional de Cuba (BNC), Miguel Cabrera, ofreció las palabras de bienvenida y calificó de hermosa la idea de dedicar el encuentro a la querida Chery, como cariñosamente era conocida, y al centenario del intelectual Alfredo Guevara (1925-2013).
De este último destacó su labor, desde muy joven, en defensa de la existencia del hoy BNC, frente a la indiferencia y a las agresiones que padeció la nación caribeña antes del triunfo revolucionario de 1959.
Cabrera rememoró asimismo aquellos días de 1994, cuando la ilustre pedagoga entusiasmaba a todos con la idea de realizar en Cuba un evento internacional en el que participaran destacados exponentes de la práctica, la enseñanza y la pedagogía del arte danzario.
Desde entonces y hasta nuestros días ha prevalecido en el importante certamen una atmósfera solidaria, de sano intercambio de prácticas y saberes, recordó.
Un emotivo documental titulado La danza del espejo evocó parte de la infancia, juventud y adultez de Ramona de Saá, mientras los nuevos frutos danzaban en su honor para disfrute de un público tan conocedor como amante del delicado arte en puntas.
Entre variadas atracciones, la agenda del evento incluye el Concurso Internacional para Estudiantes de Ballet en La Habana y un programa colateral que llegará hasta comunidades, escuelas y otros espacios más próximos al público.
Más de 300 personalidades provenientes de 12 países se dan cita en el evento, que hasta el próximo 20 de abril promete ser todo un acontecimiento cultural.
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