Las celebraciones efectuadas mediante misas y oraciones, tuvieron lugar en las iglesias de Damasco, Alepo, Latakia, Tartous, Sweida y el noreste del país, con amplia participación de residentes locales y expatriados sirios que regresaron a su país para compartir con sus familiares esta fecha.
Las fuerzas de seguridad general desplegaron un gran número de efectivos alrededor de las iglesias y bloquearon los caminos que conducen a ellas para garantizar el desarrollo pacífico de los rituales.
Los activistas en las redes sociales compartieron fotografías y vídeos que documentan el ambiente festivo, incluidas decoraciones, hojas de palma y procesiones de scouts frente a las iglesias, particularmente en los barrios de Bab Touma y Qasaa en Damasco.
Los sermones en los lugares de culto se centraron en la importancia de que la paz y el amor prevalezcan en todo el país, y llamaron a la unidad entre los sirios para mejorar la seguridad, estabilidad y la reconstrucción.
Los cristianos componen el tercer grupo religioso en Siria y constituían el 8 por ciento de la población antes de 2011, pero su número ha disminuido significativamente, de modo que ahora suman menos de un millón de personas con un dos por ciento de la población.
Esta secta se concentra en las gobernaciones de Alepo, Hasakah, Damasco, Homs y Tartus, que son ciudades históricas que contienen un gran número de cristianos y sufrieron los efectos de la guerra y el desplazamiento.
La disminución de su número plantea un desafío importante en el contexto de los cambios demográficos en el país.
mem/fm