miércoles 23 de abril de 2025
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Ecos de la Liga de Campeones de Béisbol

La Habana, 14 abr (Prensa Latina) Los ecos de la segunda edición de la Liga de Campeones de béisbol disputada en Ciudad México resuenan hoy en Cuba luego que los Leñadores de Las Tunas, representando al país, cayeran en la gran final.

   Por Boris Luis Cabrera.

   Sus verdugos: los locales Diablos Rojos, equipo campeón de la última temporada de la Liga Mexicana, era el gran favorito para imponerse en el torneo, como lo demostró al concluir invicto en los cuatro desafíos que enfrentó.

   Fue un buen resultado para los antillanos a pesar de la baja calidad de un evento, donde la Confederación Mundial de Béisbol y Sóftbol, entidad que organiza, debe revisar mejor sus convocatorias para futuras ediciones, en pos de mejorar el espectáculo.

   La amplia producción de carreras y extrabases, unido a la deficiente defensa que mostraron varios equipos, es inadmisible en una competencia donde se reúnen clubes campeones de ligas profesionales.

   La tropa oriental dirigida por Abeyci Pantoja sembró el terror sobre la grama del Estadio Alfredo Harp Helú, al fabricar la friolera de 74 anotaciones con 32 extrabases, incluyendo 11 cuadrangulares, antes de ser anulada por los escarlatas en el último duelo, donde cayó 1-6.

   No obstante los pocas herramientas que mostraron los serpentineros rivales, es indiscutible el mérito de los verdirrojos, más cuando ningún otro de los elencos participantes pudo llegar ni a la mitad de esa cifra y todos jugaron bajo los mismas condiciones.

   Uno de los entrenadores del conjunto, el legendario Ermidelio Urrutia, declaró a la prensa que la ofensiva de sus jugadores, más allá del nivel de los lanzadores contrarios y de la altura (dos mil 667 metros sobre el nivel del mar) donde se ubica el estadio sede en la capital mexicana, era producto de su preparación física, y eso no hay forma de refutarlo.

   El desenfado que mostraron, relajación y unidad, características que muchas veces no se observan en los equipos cubanos de las últimas décadas, fue también un factor clave para alcanzar el subcampeonato.

   Otro detalle importante fue el momento en que se desarrolló el torneo, cuando los Leñadores estaban inmersos en la Liga Élite, por lo que llegaron a tierras aztecas en óptima forma.

   Muy diferente de la que vimos en la Serie de Las Américas, a la que asistieron meses después de ganar su segundo torneo doméstico de forma consecutiva.

   Los errores al campo (11 en cinco juegos) y la poca efectividad de la mayoría de sus lanzadores, son producto del bajo nivel que impera en los eventos de casa, golpeados por la emigración y la contratación de las mejores figuras en ligas foráneas.

   En resumen, la llamada «Pesadilla Oriental» cumplió las expectativas, e incluso las superó, teniendo en cuenta que en otras ocasiones equipos del patio no han podio lucir en torneos de una calidad similar, e incluso menor.

jcm/blc

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