No tenemos la intención de hacer concesiones una tras otra para concluir las negociaciones rápidamente, declaró Ishiba durante una sesión del Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes (Parlamento).
No obstante, el jefe de gobierno afirmó que tampoco contempla imponer aranceles de represalia a Washington, que aumentó los impuestos de importación a automóviles, acero y aluminio, e impuesto tarifas recíprocas a sus socios comerciales.
Ishiba mantuvo una postura negativa a pesar de que Tokio expresó su preocupación sobre si estas son compatibles con las normas de la Organización Mundial del Comercio.
No creo que los aranceles de represalia beneficien nuestros intereses nacionales cuando nos vemos afectados por el aumento repentino de los precios de la energía y los alimentos, señaló el primer ministro en vista del riesgo de que un aumento de los aranceles a las importaciones procedentes de Estados Unidos acelere la inflación en Japón.
Aun así, añadió que no ha descartado por completo la opción de imponer aranceles de represalia.
Antes de su viaje previsto a Estados Unidos esta semana para el inicio de las conversaciones ministeriales, el titular de Revitalización Económica de Japón y responsable de las negociaciones, Ryosei Akazawa, descartó abordar cuestiones monetarias, afirmando que deberían quedar en manos de los responsables de finanzas de ambos países.
La imposición por parte del presidente estadounidense Donald Trump de aranceles de importación más altos a los productos que ingresan a la mayor economía del mundo también ha suscitado preocupación por una mayor aceleración de la inflación en Estados Unidos, y ya perjudica su crecimiento económico.
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