“Hoy, esa embestida se despliega con fuerza contra el pueblo ecuatoriano, mediante un proceso electoral viciado y fraudulentamente conducido, tal como ha sido ampliamente denunciado”, asegura un comunicado entregado a Prensa Latina.
Describe que, en ese proceso, el Consejo Nacional Electoral (CNE) vulneró normas fundamentales al habilitar al entonces presidente Daniel Noboa como candidato, a pesar de que no renunció a su cargo en el plazo legal estipulado.
Añade que más grave aún, fue la declaración por parte del gobernante del estado de excepción que facilitó una militarización desmedida, especialmente en las regiones donde su opositora, Luisa González, obtuvo una mayoría significativa en la primera vuelta, con énfasis en las ciudades más pobladas.
Según el escrito, “durante las elecciones, el estado de excepción fue utilizado como mecanismo de control total de las calles, permitiendo a la derecha y al propio Noboa amedrentar votantes, presionar autoridades electorales y sembrar el miedo, en clara violación a las mínimas garantías democráticas”.
De acuerdo con el texto, las instituciones en Ecuador están dibujadas hacia el exterior, con una fachada democrática para la comunidad internacional.
En contraste, añade, hacia el interior, “el control lo ejercen fuerzas militares, policiales, paramilitares y mercenarias, en convivencia con un narcoterrorismo (…), que maneja el Estado tanto por vías legales como ilegales.
Sostiene que, como si fuera poco, el 5 de abril último, Noboa ordenó un operativo militar conjunto en Guayaquil, donde participaron las Fuerzas Armadas con mercenarios privados dirigidos por Erik Prince, fundador de la empresa estadounidense Blackwater.
Subraya que esta corporación paramilitar norteamericana es tristemente célebre por sus crímenes de guerra en Iraq y su historial de fracasos, estafas y operaciones encubiertas.
“La presencia de mercenarios en el proceso electoral ecuatoriano confirma que no se trata ya de una democracia formal, sino de una maquinaria represiva y privatizada al servicio del capital y la geopolítica imperial”, enfatizan los activistas bolivianos.
“Desde la Internacional Antifascista–Capítulo Bolivia, expresamos nuestro más firme apoyo a las luchas del pueblo ecuatoriano y de sus organizaciones populares, progresistas y verdaderamente democráticas”, ratifica el comunicado.
“Esto ocurre en medio de un alarmante incremento de personas desaparecidas y asesinadas, bajo un régimen que legitima la violencia en nombre del orden y que amenaza con institucionalizar el fascismo como modelo de gobernabilidad”, concluye el escrito.
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