Las emisiones se caracterizan por pulsos frecuentes y dispersión de cenizas que afectan comunidades cercanas como Sarchí y la zona sur del macizo, aunque sin ser continuas ni con plumas tan elevadas como en días anteriores, añadió la fuente, citada por el periódico El Observador.
“Vemos algunos de 100 metros de altura, a veces más -afirma el vulcanólogo Geoffroy Avard- pero no tanto como antes. Así que la tendencia hacia la disminución de la actividad se ve confirmada”.
Según el experto, la altura de las columnas eruptivas disminuyó. Los pulsos no levantan la pluma mucho. Aunque la desgasificación se mantiene fuerte, lo que genera reportes por olor a azufre e incomodidades en diversos sectores cercanos.
“Además, las condiciones ambientales dispersan la columna de gases y fragmentos en nuevas direcciones, que a veces afectan una u otra zona”, señaló.
El Parque Nacional Volcán Poás, cerrado por tiempo indefinido el 17 de marzo, continúa sin funcionar y mantiene la prohibición legal de acceder al sitio, mientras el Ovsicori prosigue con el monitoreo permanente del cráter y mantiene la alerta en 3 o naranja, lo cual significa «precaución».
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