Por Fausto Triana

Hoy los comentarios apuntan en otra dirección, el Santiago Bernabéu, donde el Real Madrid se propone conseguir una remontada épica frente al Arsenal inglés, con una demoledora desventaja de tres goles.

En todo caso, la Champions League volvió a demostrar anoche que es una competición de alto nivel cualitativo y la entrega de los clubes en fases decisivas del torneo resulta siempre extraordinaria.

En Dortmund, como locales, las esperanzas de los germanos eran escasas, tras una goleada 0-4 en el partido de ida. Sin embargo, el franco-guineano Serhou Guirassy tenía otras ideas y anotó los tres tantos en la victoria del Borussia 3-1.

No fue suficiente, por culpa de un autogol de Bensebaini a los 54 minutos, aunque el sufrimiento del Barça lo obligó a utilizar a todos sus estelares (principalmente Pedri) para contener un eventual vendaval en los finales de los alemanes.

El global concluyó 5-3 favorable a los catalanes que retornan 10 años después a las semifinales de la Champions League.

Similar angustia tuvo el PSG, curiosamente después de arrancar con dos goles de Hakimi y Nuno Mendes, el primero por un error del portero Emiliano Martínez.

Fue cuando poco a poco, el Aston Villa comenzó a descontar peligrosamente. En la ida los franceses dirigidos por el español Luis Enrique Martínez se impusieron 3-1, por lo que parecían cómodos en la vuelta.

El conjunto inglés, comandado también por un técnico español, Unai Emery, plantó cara, y con goles de Tielemann, McGinn y Konza lograron la victoria 3-2, insuficiente en el global (5-4). Gran actuación del arquero Donnarumma, con cuatro paradas sensacionales.

Ahora el Barça esperará por el ganador esta noche entre el Inter de Milán y el Bayern Munich (2-1 en la ida), mientras el PSG deberá chocar con el triunfador entre Arsenal y Real Madrid (3-0).

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