A solo 10 días de la primera ronda de los comicios y con el oficialismo relegado en las encuestas, el también candidato a diputado ofreció como «regla de oro» no aumentar los impuestos, además de bajar un 15 por ciento la factura de la electricidad desde el invierno y revalorizar las pensiones de retiro.
La inflación galopante de los últimos años y su consecuente pérdida del poder adquisitivo genera mucho malestar popular, y es uno de los temas considerados para explicar la amplia victoria del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN) en las europeas del 9 de junio.
Ese día, el presidente Emmanuel Macron respondió al duro revés sufrido en las urnas con la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria a las nuevas legislativas.
Con el propósito de descontar la clara ventaja de RN (33 por ciento de las intenciones de voto) y del bloque de la izquierda Frente Popular (28), el primer ministro ofreció a los electores una semana laboral de cuatro días y reevaluar los limites de las primas a entregar a los trabajadores.
También prometió acelerar el camino hacia la transición ecológica, a partir de la construcción de 14 reactores nucleares y del acceso más fácil a los vehículos eléctricos.
El partido de gobierno y su aliados competirán en las legislativas bajo la etiqueta de Juntos por la República, a la que los sondeos acreditan menos de un 20 por ciento de apoyo, disparando la hipótesis de una compleja cohabitación en el poder con una fuerza opositora, si alguna de ellas logra la mayoría absoluta en la Asamblea (289 de sus 577 diputados).
Attal fustigó los programas de la extrema derecha, a la que acusó de buscar el Frexit (salida de la Unión Europea) y de la izquierda, presentando al campo oficialista como la opción para evitar los extremos.
Asimismo, propuso a los franceses la batalla en las escuelas a favor de la laicidad, mejorar la seguridad ciudadana y reforzar el presupuesto de la defensa.
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