La portavoz de la Cancillería, Mao Ning, enfatizó además en la oposición a todas las formas de actos terroristas y condenó los ataques violentos contra civiles y funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.
Al menos 19 personas murieron y unas 25 resultaron heridas como resultado de esas agresiones en las ciudades de Derbent y Majachkalá, en la región rusa de Daguestán.
Los extremistas prendieron fuego la víspera a dos iglesias ortodoxas, una sinagoga y un puesto de la Policía de Tránsito.
El jefe de esa región de la Federación de Rusia, Serguéi Mélikov, aseguró que la situación ya está bajo control de los organismos de seguridad y que las familias de los fallecidos y heridos en los sucesos recibirían ayuda financiera.
Asimismo, decretó tres días de luto en memoria de las víctimas de los sucesos.
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