Los Estados miembros del bloque aplaudieron la soberana decisión tomada en la nación sudamericana para que las partes involucradas en la contienda electoral acordasen el respeto de la decisión de los venezolanos en los próximos comicios, siempre en pro de mantener la paz y estabilidad de la nación.
En mensaje divulgado la víspera en su cuenta de X, la Alianza señaló que una vez más, el Estado bolivariano, a través de su ente rector, demostró “estar comprometido a garantizar el acato a la sagrada elección del pueblo venezolano”.
El ALBA-TCP reiteró su respaldo al pueblo y gobierno bolivarianos en su derecho irrenunciable de construir su propio destino, sin injerencias de ningún tipo, y “apoya todas las acciones pertinentes para hacer valer su soberanía y libre determinación”.
La pasada semana, ocho de los 10 candidatos presidenciales comprometidos con las elecciones del 28 de julio firmaron un acuerdo para reconocer sus resultados.
Rubricaron el texto Luis Eduardo Martínez, Daniel Ceballos, Antonio Ecarri, Benjamín Rausseo, José Brito, Javier Bertucci, Claudio Fermín y Nicolás Maduro, mientras se negaron a hacerlo el representante de la Plataforma Unitaria Democrática, Edmundo González, y Enrique Márquez, del partido Centrados.
Esta nueva propuesta de nueve puntos enfatiza en el respeto a la soberanía nacional y al Poder Electoral como ente rector comicial, apuesta por la paz, la no injerencia de los Estados y el acatamiento de las leyes y disposiciones constitucionales.
Sus puntos se resumen en la obediencia de los aspirantes a Presidente a las “leyes que rigen los procesos electorales”; admitir al CNE como única autoridad capaz de organizar, administrar, dirigir y vigilar los sufragios de julio.
Otro está vinculado a reconocer el cumplimiento por el Consejo Nacional de las garantías electorales establecidas en el cronograma aprobado para el actual proceso, así como ratificar sus resultados tras la decisión del voto popular en las urnas.
El documento también habla de lidiar en un clima de respeto, paz y participación democrática, a no interferir ante, durante y después del proceso y reconocer la voluntad del pueblo para evitar la violencia y los llamados a la desestabilización, entre otros.
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