A menos de una semana de la instalación del pleno, el venidero 1 de julio, la tolda que lidera el expresidente panameño Ricardo Martinelli (2009-2014), condenado a más de 10 años de prisión y asilado en la embajada de Nicaragua en esta capital, se decidió por la legisladora oriunda de la central provincia de Coclé.
Anteriormente, los diputados Alain Cedeño, Ronald De Gracia y Ariel Vallarino expresaron su interés en ser los aspirantes a la presidencia de la AN por su bancada.
La elección de Castañeda llega luego que el diputado Luis Eduardo Camacho, el amigo fiel de Martinelli, como se le conoce popularmente, declinara en sus aspiraciones para presidir el Legislativo.
Esta decisión es clave para el presidente electo de la República, José Raúl Mulino, abanderado de RM, pues le permite contar con un mayor respaldo para sus diversos proyectos, algunos muy complejos como la convocatoria a una Constituyente.
La nueva apuesta por Castañeda tuvo lugar después que otras fracciones legislativas anunciaran que podrían brindarles el respaldo que necesitan para obtener el control de la Asamblea.
Para varios entendidos, la gobernabilidad en el istmo pasará definitivamente por el Parlamento unicameral.
Analistas como Ramiro Guerra, de El Periódico de Panamá, estiman que de manera temprana Mulino tendió puentes al movimiento Vamos, que agrupa a los llamados diputados independientes, y sostuvo reuniones con otras bancadas como las de Cambio Democrático, Partido Panameñista, Movimiento Otro Camino, Partido Revolucionario Democrático y Partido Popular.
Luego de la instalación del Legislativo para un mandato de cinco años vienen desafíos por algunos proyectos de ley que están en cierne, como los referentes a la Caja de Seguro Social o posibles negociaciones con la trasnacional canadiense First Quantum, como lo han señalado asesores del Gobierno, con la idea de abrir y después cerrar la mayor mina de cobre de Centroamérica.
npg/ga