De acuerdo con la portavoz de la Cancillería, Mao Ning, la cita ayudará a construir más consenso entre todas las partes y contribuirá a promover la seguridad, la estabilidad y el desarrollo de los países miembros.
Mao subrayó que a lo largo de sus 23 años de existencia la OCS mantuvo el «Espíritu de Shanghái», basado en la confianza y el beneficio mutuos, la igualdad, la consulta, el respeto por las diversas civilizaciones y la búsqueda del desarrollo común.
Según adelantó, la Cumbre de Astaná será una plataforma clave donde el presidente Xi, junto con los líderes de los países participantes, intercambiará opiniones en profundidad sobre la profundización de la cooperación en diversos campos y abordará los principales problemas internacionales y regionales actuales.
«China cree que esta cumbre unirá más consensos entre las partes, escribirá un nuevo capítulo de cooperación y contribuirá activamente a la promoción de la estabilidad y el desarrollo de los países, así como a la construcción de una comunidad de destino compartido para la humanidad», afirmó la vocera.
Tras la cita de Astaná, el gigante asiático asumirá la presidencia rotatoria de la OCS para el período 2024-2025, la primera vez en siete años que el país toma esta responsabilidad.
«China traerá más beneficios a los pueblos de la región y contribuirá más a la paz duradera y la prosperidad común del mundo», enfatizó la portavoz.
Del 2 al 6 de julio, Xi Jinping, asistirá a la 24 Reunión del Consejo de Jefes de Estado de la Organización de Cooperación de Shanghai en Astaná y realizará visitas de Estado a Kazajistán y Tayikistán.
La OCS surgió tras el encuentro en Shanghái el 15 de junio de 2001 de los entonces gobernantes de China, Kazajistán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán.
Es la única organización intergubernamental que lleva el nombre de una ciudad china y constituye un instrumento clave para que CBeijing fortalezca su cooperación con los países de Asia Central y con la masa continental euroasiática en general.
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