Según los expertos, desaparecerá la mayoría de las pequeñas expendedoras no tripuladas, que
lograron una facturación récord de 12 mil 900 millones de euros en 2022, ayudada en parte por los fuertes aumentos de los precios del combustible como resultado de la crisis energética.
Pero a medida que los vehículos eléctricos reemplacen a los de gasolina y diésel, las pequeñas estaciones de servicio con surtidores sin conductor que dependen de la venta de combustible desaparecerán, especialmente en las regiones fronterizas, según especialistas.
Los propietarios intentan mantener la facturación al aumentar las ventas de alimentos y bebidas, los servicios de mantenimiento e incluso el lavado de coches.
Pero el modelo de negocio a largo plazo para las emisoras independientes será difícil de sostener, aseveraron entendidos en el tema.
Actualmente, un coche nuevo dura en el parque neerlandés una media de 19 años, pero los últimos coches de gasolina y diésel llegarán al mercado en 2034 y permanecerán en servicio hasta aproximadamente 2053, subrayan.
De este modo, el propietario de la gasolinera podrá seguir vendiendo combustibles fósiles durante algún tiempo, pero los montos seguirán disminuyendo.
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