La información fue dada a conocer a través de un comunicado del organismo publicado por la agencia de noticias mauritana AMI, luego de acusaciones de fraude por parte de la oposición y manifestaciones de protesta, que dejaron tres muertos.
Según datos oficiales, en las elecciones participó el 55,39 por ciento, de los posibles votantes y Mohamed Ould Ghazouani logró un 56 por ciento de las papeletas, más del doble del número registrado por su principal contendiente, Biram Dah Abeid, quien no dudó en calificar los resultados de “golpe de Estado electoral”.
Así, el mandatario y exjefe del Ejército, podrá mantenerse en el sillón ejecutivo hasta 2030, a pesar de alegaciones de corrupción y de mal gobierno, aunque varios sectores de la población lo consideran un faro de estabilidad en este país del norte de África, el último en abolir la esclavitud, en 1981.
Mauritania realizó sus primeros comicios en 2019, luego de varios golpes de Estado entre 1978 y 2008.
Es un amplio territorio desértico con muy baja densidad de población, cuya economía descansa sobre la base de la exportación de minerales, algo de petróleo y la pesca.
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