Dentro del marco de la 64 cumbre de jefes de Estado del Mercado Común del Sur (Mercosur) y Estados Asociados, Lula se reunió con Mulino en Asunción y enfatizó en la necesidad de intercambiar experiencias, fomentar el comercio, llevar empresarios brasileños para el país de América Central y establecer diálogo entre los gobiernos.
«Una América del Sur, una América Latina integrada debe volverse hacia el mundo. Soy muy optimista con las posibilidades de lo que podemos hacer juntos», destacó el mandatario brasileño en esta capital, sede de la cumbre del Mercosur.
Mulino expresó el deseo de integrar Centroamérica y Sudamérica, citando las posibilidades de comercio e inversiones.
Precisó que su participación como observador en el Mercosur tiene relación con el desarrollo de alianzas estratégicas para su país. También citó la cooperación en la lucha contra el crimen organizado.
Fuentes oficiales indicaron que, de enero a junio, las exportaciones brasileñas sumaron 440,9 millones de dólares, mientras que las importaciones nacionales totalizaron 7,8 millones.
La balanza bilateral registró un expresivo superávit para el gigante sudamericano de 433,1 millones de dólares.
Durante su intervención en la cumbre del Mercosur, Lula alertó este lunes sobre falsos demócratas en la región que intentan socavar las instituciones.
«El Mercosur permaneció una vez más unido en defensa de la plena vigencia del estado de derecho, consagrada en el Protocolo de Ushuaia. La reacción unánime al 26 de junio en Bolivia y al 8 de enero (2023) en Brasil (ante tentativas golpistas) demuestran que no hay atajos a la democracia», indicó.
Llamó a permanecer vigilantes, pues «los falsos demócratas intentan socavar las instituciones y ponerlas al servicio de intereses reaccionarios».
Atribuyó el mantenimiento de la democracia en Bolivia a la firmeza de su gobierno, a la movilización del pueblo y al rechazo de la comunidad internacional.
El líder progresista señaló que, mientras el subcontinente siga entre los más desiguales del mundo, la estabilidad política permanecerá amenazada.
Consideró que la democracia y el desarrollo van de la mano y que «los buenos economistas saben que el libre mercado no es una panacea para la humanidad».
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