Considerado el atleta británico de campo y pista más exitoso de la historia, Farah ahora retirado es embajador de buena voluntad de la organización humanitaria Salven a los Niños (SaN), y en esa condición visitó Somalilandia donde constató el impacto del cambio climático en la malnutrición de los niños del territorio.
En Gabiley, la capital del territorio, Farah conversó con madres refugiadas en centros de salud quienes le explicaron cómo las sucesivas inundaciones y sequías ocurridas en el Cuerno de África en los últimos años imposibilitan alimentar a sus familias, reportaron fuentes de su entorno.
Entre las asistentes al encuentro estaban madres que caminaron largas distancias con sus hijos en busca de ayuda, acorde con las precisiones difundidas aquí por medio de prensa.
Para el súperatleta los relatos en modo alguno constituyen algo nuevo ya que a los nueve años de edad fue secuestrado en lo que hoy es Somalilandia por una red de trata de personas y vendido en el Reino Unido donde fue obligado durante años a trabajar como sirviente doméstico.
Conocida la situación por su profesor de Educación Física, el pequeño fue puesto bajo la custodia de otra familia.
Años después, apoyado por su benefactor, Farah comenzó a practicar el deporte que lo encumbró, pero mantuvo en secreto su historia hasta 2022 cuando la reveló en entrevista con la prensa.
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