La operación de rescate de las prendas, orquestada por el entonces secretario general de la Receita Federal (órgano regente de tributos y control aduanero), Júlio César Vieira, habría ocurrido en los días finales del mandato de Bolsonaro, cerrado en diciembre de 2022.
El informe de la Policía Federal (PF) remitido al Supremo Tribunal Federal revela que en aproximadamente dos semanas se movilizaron siete ocupantes de altos cargos de Hacienda, cuatro ayudantes de órdenes de la Presidencia, tres integrantes del Gabinete Adjunto de Documentación Histórica de la Presidencia y un funcionario de la Secretaría General de la Presidencia.
Todos ellos estuvieron empeñados en hacer llegar al otrora jefe de Estado las alhajas obsequiadas en sus viajes al extranjero, pero retenidas en la aduana.
Vieira ordenó en un momento dado a un subordinado: «expulsa a todo el mundo para trabajar para nosotros de forma que la gente consiga cumplir eso de ahí y disponga eso mañana a las cinco de la tarde».
En aquel momento, el superintendente de la Receita Federal en Sao Paulo informó al secretario general la dificultad que tendrían en atender en un plazo muy corto, debido al contingente reducido en el receso de fin de año.
Unido con Bolsonaro y otros 10 aliados, Vieira fue acusado «por el intento de desvío del conjunto de joyas femeninas confeccionadas en oro blanco, compuesto por un collar, un par de pendientes, un anillo y un reloj de pulsera de la marca Chopard y una escultura de un caballo dorado».
Las piezas habrían sido regaladas por autoridades de Arabia Saudita al entonces ministro de Minas y Energía Bento Albuquerque que representaba a Bolsonaro en el viaje a ese país en octubre de 2021.
Para los investigadores, hubo una operación «hasta cierto punto desesperada, para intentar sustraer las joyas femeninas retenidas por la Receita Federal, en tiempo hábil a despacharlas en el avión presidencial, que despegaría el 30 de diciembre de 2022, con destino a Estados Unidos».
Los peritos policiales sospechan que toda esta articulación para liberar las joyas de la aduana antes del viaje de Bolsonaro en vuelo presidencial tenía un propósito: venderlas en territorio norteamericano junto con otros regalos de alto valor recibidos por el exmandatario.
Parte del dinero del negocio ilegal de aderezos, supuestamente, sirvió para costear la estancia del político ultraderechista en Estados Unidos, a donde viajó antes de dejar el poder y permaneció allí más de tres meses.
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