Así lo manifestó Lourdes Molina Escalante, economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), al abordar el tema en un artículo de opinión en el diario El Mundo: “El Salvador según las estadísticas oficiales”, en el cual contrasta las informaciones que divulga la Oficina Nacional de Estadísticas y Censos (Onec).
Esa entidad publica la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) la cual proporciona información sobre las difíciles condiciones de vida que enfrentan los salvadoreños.
En materia educativa, cita la experta, nueve de cada 100 personas no sabe leer ni escribir, esta situación es más frecuente en la zona rural, donde 15 de 100 es analfabeta. Aunque la mayoría de la población tiene acceso a la educación básica, una cuarta parte de los niños y niñas entre 4 y 6 años no tiene acceso a la educación parvularia.
En el ámbito de salud, agregó, los resultados de la EHPM confirman la relevancia de lo público en la garantía del derecho a la salud de los salvadoreños. Siete de cada 10 personas de las que se enfermaron y consultaron con alguien lo hizo en el sistema público de salud.
La encuesta, en el ámbito laboral, para 2023 señaló al desempleo como un desafío que persiste, para ese año la tasa de desempleo a nivel nacional fue de 5.2 por ciento, pero en algunos departamentos como Cuscatlán, Morazán y Usulután supera el 6.2.
En sus valoraciones sobre la pobreza en el país, la experta señaló que más de 34 mil hogares carecen de acceso a la energía eléctrica, más de 181 mil no tienen acceso a agua por cañería y solo seis de cada 10 hogares disponen de la basura mediante el tren de aseo público.
La encuesta citada por Escalante precisó que el 27.2 por ciento de los hogares salvadoreños viven en situación de pobreza, un porcentaje por encima de lo observado durante el 2020 con los impactos de la pandemia.
La economista subrayó que esos datos no son de su invención, que son cifras oficiales publicadas por el propio gobierno de El Salvador. Esos números, que en este espacio podrían leerse de manera fría, representan la realidad con la que la mayoría de salvadoreños y salvadoreñas deben lidiar cada día.
Es, apuntó, una realidad en la que muchos derechos pareciera que son privilegios y donde, cada día, muchas familias no tienen certeza sobre cómo llevarán el pan a su mesa. “Los datos perfilan un país que se aleja de ese nuevo país de prosperidad que la propaganda gubernamental describe”, subrayó.
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