De esa forma, Von der Leyen sustentó el boicot protagonizado por varios estados de la Unión Europea (UE) contra la presidencia magiar de ese órgano este semestre, en medio de los llamados de Budapest a buscar una salida negociada al conflicto ucraniano.
Dados los últimos acontecimientos, que marcaron el inicio de la presidencia húngara en el consejo de la UE, la jefa de la CE tomó la decisión de que los directores generales por país solo asistirán a las sesiones informales de ese consejo durante la jefatura magiar.
Así lo afirmó el vocero de la CE, Erick Mamer, quien aclaró que no habrá visita alguna de otros miembros del órgano ejecutivo de la UE a esta nación, todo lo cual ocurre cuando Budapest llama a sus socios de la UE a dejar un lado el militarismo para potenciar la paz regional.
La decisión anunciada por Mamer, sin precedentes en la historia de la entidad comunitaria, siguió a una visita que realizó el primer ministro húngaro, Viktor Orban, a Kiev y luego de varios días, a Moscú, donde expuso un plan de paz para finalizar la confrontación en Ucrania.
De inmediato varios funcionarios de la UE y políticos de la región se distanciaron de las gestiones de Orban, al insistir en que ambas visitas con propuestas de paz, para nada se hacían en nombre de la UE y que solo era parte de una acción personal del jefe de gobierno de ultraderecha.
En especial, Von der Leyen llegó a acusar al jefe de gobierno húngaro de traicionar los objetivos de la UE que, a su entender, era evitar una victoria de Rusia en la confrontación, donde Occidente se presenta como gran suministrador de armamentos a Kiev.
Analistas destacan que, desde el 24 de febrero de 2022, cuando el presidente Vladimir Putin ordenó una operación bélica para proteger a la región sublevada del Donbás, Ucrania recibió más de 165 mil millones de dólares en armamentos y se apresta a acoger cazas estadounidenses F-16.
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