Attal había presentado su dimisión y la de su gobierno el lunes de la semana pasada, tras los recientes reveses oficialistas en las elecciones europeas (9 de junio) y legislativas (30 junio y 7 julio).
Sin embargo, Macron le pidió entonces mantenerse en el puesto al esgrimir la preservación de la estabilidad del país.
Lo ocurrido hoy significa que el gobierno dimitente cumplirá funciones básicas para que Francia siga sin vacío de poder hasta la formación de un nuevo ejecutivo en las próximas semanas.
El contexto es particularmente complejo, a solo 10 días del comienzo de los Juegos Olímpicos de París-2024, a los que seguirán a partir de finales de agosto los Paralímpicos.
«El deber nos anima hasta último minuto par asegurar la continuidad del Estado», afirmó Attal, quien comparecerá ante los franceses esta noche.
Macron pidió hace unos días al país paciencia para dar tiempo a crear alianzas y acuerdos en la Asamblea Nacional, que permitan la nominación de un primer ministro encargado de formar gobierno, en una cámara baja con todas las fuerzas políticas lejos de la mayoría absoluta.
Sin embargo, el bloque de la izquierda Nuevo Frente Popular presiona al mandatario para que nombre a un primer ministro de sus filas, tras ser el que mayor diputados consiguió en los recientes comicios para definir la composición de la Asamblea.
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