Las actividades comenzarán este jueves con una conferencia de Miguel Soto Roa, antiguo presidente de la Confederación Metalúrgica y miembro destacado de otras agrupaciones sindicales, acerca del rol del histórico líder de la clase trabajadora.
A lo largo del segundo semestre “La José Martí”, como se conoce a la asociación, llevará a cabo conferencias, foros, seminarios y otras expresiones con el propósito de dar a conocer y profundizar sobre la vida, obra y legado de Recabarren.
Considerado como el padre del movimiento obrero, fue el principal articulador de las primeras organizaciones de trabajadores en los últimos años del siglo XIX y las dos primeras décadas del XX.
En esa época, posterior a la llamada Guerra del Pacífico, se consolidó en Chile el capitalismo industrial, con principal énfasis en la minería, las fábricas y el manejo de los puertos, lo cual dio lugar a un nuevo tipo de relaciones económicas y laborales.
Las desigualdades y la pobreza crecieron en el país, junto a una aguda migración del campo a las ciudades y la indiferencia de los gobiernos de turno para velar por los sectores más desposeídos.
Fue en ese escenario que Recabarren (6 de julio 1876-19 de diciembre 1924), de oficio tipógrafo, se dio a la tarea de organizar a los obreros con el propósito de luchar por sus derechos y, al mismo tiempo, impulsar una prensa para los trabajadores.
Desde 1901 participó en Iquique, norte de Chile, en la fundación de mancomunidades de base para desarrollar organizaciones sindicales y fue, asimismo, un impulsor de la emancipación de la mujer.
En 1912 junto a varios dirigentes creó el Partido Obrero Socialista, primera organización política dedicada exclusivamente a la defensa de los intereses del sector laboral.
Una década después esta agrupación modificó sus estatutos y se convirtió en el actual Partido Comunista de Chile.
Luis Emilio Recabarren fue diputado, dirigió entre 1917 y 1921 la Federación Obrera de Chile y a fines de 1922 asistió como único delegado chileno al Congreso de los Sindicatos, celebrado en Moscú.
En mayo de 1924, unos meses antes de su muerte, ocurrió el cierre del periódico El Despertar de los Trabajadores, que fue reemplazado por el diario La Justicia.
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