La directora de la Revista Ciencia y Técnica, Iramis Alonso, conversó con Prensa Latina en el stand que comparte junto al Instituto Cubano del Libro y el Sello Ediciones Cubanas, de Artex, Promociones Artísticas y Literarias, en la sede de la Galería de Arte Nacional.
Especializada en la literatura para niños, adolescentes y jóvenes, la Editora Abril trajo a la nación sudamericana una muestra diversa de textos dirigidos a ese sector, «a modo de reencontrarnos con el público venezolano y vea nuestras potencialidades» una década después.
Vinimos a Filven con la intención comercial de vender nuestra literatura, pero además de lo comercial está el tema del conocimiento, del reencuentro con los lectores, ver qué espera de la literatura cubana y, en especial, la hecha para niños, adolescentes y jóvenes, manifestó.
Alonso explicó que vinieron con libros infantiles, entre ellos la colección de Ciencia Asombrosa, Construcciones Milagrosas, dedicada a niños pequeños, así como literatura para adolescentes, hechas por ellos mismos.
Comentó se trata de una particularidad en la cual trabajan para ver cómo “los propios niños y adolescentes escriben sus historias policiales y de misterio”.
Otra novedad que se presentó en Cuba hace solo unos días y por primera vez participa en una Feria Internacional, es un libro de la periodista Liudmila Peña, que narra las historias de su hijo contadas por su propio descendiente en diálogo con ella, señaló.
Viajó con nosotros también “nuestra literatura socio política habitual sobre el pensamiento de Fidel Castro, Ernesto Che Guevara y del brasileño Frei Betto.
La periodista resaltó entre lo más significativo algo que se ha comercializado ya, pero tiene la novedad que viene incorporado con dos discos: uno sobre el intercambio de cartas entre el Héroe de la República de Cuba Gerardo Hernández y su esposa Adriana Pérez, y otro del compositor e intérprete cubabo Waldo Mendoza.
Esta es una “novedad muy particular”, al tratarse de un libro muy interesante y bien realizado, subrayó.
A las anteriores propuestas, la especialista en temas de ciencia, tecnología y medio ambiente sumó obras de escritores jóvenes premiados en el concurso Calendario, de la Asociación Hermanos Saíz, con temáticas de ciencia ficción y otro tipo de narrativa.
Además de textos de poesía para niños, tres novelas policíacas muy interesantes y una biografía del etnólogo Miguel Barnet, “uno de los escritores de mayor representativa de nuestro catálogo”.
Interrogada sobre el empeño de Cuba de producir este tipo de literatura en una época en que la banalización domina el mercado, Alonso respondió que la Casa Editora defiende un tipo de literatura para niños y jóvenes “cuya base son los valores humanos, la solidaridad y bajo el concepto de que dialogue lo digital con lo impreso”.
Estamos en un contexto donde los niños, adolescentes y jóvenes “cada vez están más sumergidos en las plataformas digitales de las redes sociales y los celulares, y nosotros intentamos no desecharlas, sino tratar de establecer diálogos entre lo impreso con ese mundo digital”.
Por eso, recalcó, en nuestros libros buscamos que los niños interactúen con los textos y priorizamos que ellos cuenten sus narraciones, para después hacer relatos basados en esas historias que están en los textos impresos y las llevamos a las redes sociales.
Precisó que pretenden que el niño o sus padres, quienes muchas veces son los que proponen a sus hijos, sugieran esas iniciativas de compra a ellos.
Eso no es más que trabajar la idea de los héroes humanos y de los personajes que están en los campos como el libro de historietas Kukuy el güije, de Ángel Velazco, con esa picardía y naturalidad que caracteriza a los niños, añadió.
Alonso significó que la propuesta literaria de la Editorial Abril para los más pequeños lleva, precisamente, ese enfoque de la solidaridad y del intercambio humano y “en un lenguaje que pudiéramos decir es universal”.
Nuestros libros, valoró, son cubanos, pero los mensajes que transmiten pueden ser entendidos, comprendidos y disfrutados por cualquier persona en cualquier lugar del mundo, pero en Latinoamérica son más entendibles por nuestras raíces comunes.
Detalló que el Kukuy el güije dialoga muy bien con el Caribe, en la manera de entender la naturaleza y de ver el color, nuestros libros son de colores, remarcó.
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