La alerta fue emitida por la directora regional de la OMS en Medio Oriente, Hanan Balkhy ante la expansión de cólera, sarampión, malaria, dengue, meningitis y tos ferina, por la falta de agua potable y medidas de higiene en las zonas donde se refugian estos desalojados, lo cual ha contribuido al aumento de casos de estas afecciones en varias regiones de Sudán.
Balkhy afirmó que la gente que vive en los estados de Darfur, Kordofán, Jartum y Al Yazira está básicamente aislada de toda ayuda humanitaria, en tanto expresó preocupación por la situación en la asediada ciudad de Al Fasher, último bastión del ejército sudanés en Darfur, donde unas 800 mil personas tienen escaso acceso a alimentos y suministros sanitarios.
Como en otras zonas de las zonas afectadas por conflictos, la representante regional de la OMS denunció los frecuentes ataques de las partes combatientes a instalaciones sanitarias, que desde el inicio de las hostilidades en abril de 2023 ya suman 82 con 54 muertos.
La violencia que sufre la población de Sudán por estos enfrentamientos desde el pasado año ha provocado que más de siete millones de personas hayan huido de sus hogares. De esa cifra, que no deja de crecer, más de 5,5 son de desplazados internamente, no han cruzado fronteras.
Actualmente Sudán tiene algunos de los peores indicadores de salud del planeta, altas tasas de mortalidad y morbilidad infantil, desnutrición infantil severa y una de los índices de mortalidad materna más elevadas del mundo, con 789 muertes por cada 100 mil nacidos vivos.
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