La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios estimó que, tras el fenómeno, al menos 734 familias necesitan asistencia humanitaria urgente mientras que la lista de daños incluye a 250 afganos heridos y 573 casas destruidas o afectadas.
La nación asiática es una de las más vulnerables al cambio climático, cuyo impacto empeora la ya grave situación humanitaria para los civiles.
De acuerdo con cifras de Naciones Unidas, solamente en 2024, más de 145 mil personas se han visto afectadas por fuertes lluvias e inundaciones.
Las más recientes dejaron gravemente afectado el centro de recepción en el cruce fronterizo de Torkham, que sirve como punto de entrada principal para las personas que regresan de Pakistán.
Además, provocó daños en instalaciones de agua, saneamiento e higiene y 400 tiendas de campaña en un campamento cercanos, algunas de las cuales quedaron destruidas.
Mientras se realizan las evaluaciones, los trabajadores humanitarios desplegaron nueve equipos móviles de salud y nutrición y proporcionan suministros médicos al Hospital Regional de Nangahar y al Hospital Fatima Zuhra.
Sin embargo, la falta de financiamiento limita el alcance de la respuesta humanitaria de la ONU para Afganistán, cuyos fondos apenas cuentan con 720 millones de dólares, lo que supone menos de una cuarta parte tres mil millones necesarios.
jha/ebr
