Los diálogos celebrados entre el 11 y el 19 de julio en Ginebra buscaron tratar la catastrófica situación humanitaria y la necesidad de adoptar medidas urgentes para garantizar que la asistencia llegue en condiciones de seguridad junto a la protección de civiles en la nación.
“Cuento con que las partes traduzcan rápidamente su voluntad de colaborar conmigo en avances tangibles sobre el terreno”, agregó en un comunicado de prensa el representante.
Las Naciones Unidas, agregó, seguirán haciendo todo lo posible por apoyar a la población.
Lamamra solicitó a los jefes de las Fuerzas Armadas Sudanesas y sus rivales, las Fuerzas de Apoyo Rápido, dialogar en la ciudad europea para analizar medidas que garanticen ambas demandas.
Tras más de una semana de negociaciones por separado con las partes, al menos una de las dos se comprometió mejorar la situación sobre el terreno.
“Me siento alentado por la disposición de las partes a colaborar conmigo en estas cuestiones críticas, así como por los compromisos asumidos de responder a algunas de las solicitudes específicas que les presentamos”, aseveró al respecto el enviado.
No obstante, el funcionario insistió en la necesidad de intensificar esos compromisos “en favor de la paz por el bien del pueblo sudanés y el futuro del país”.
“Tengo la intención de mantener un estrecho contacto con los dirigentes de las dos partes, hacer un seguimiento de la aplicación de los compromisos y dialogar con ellos sobre cuestiones fundamentales”, remarcó.
Tras más de 15 meses de hostilidades, más de 10 millones de personas han sido obligadas a abandonar sus hogares en la nación africana, lo que equivale a la quinta parte de su población.
De acuerdo con cifras de la ONU, cerca de ocho millones de los desplazados permanecen dentro de las fronteras nacionales y más de la mitad son niños.
Otros dos millones fueron obligados a cruzar hacia países vecinos que también enfrentan sus propios desafíos.
A la par, los trabajadores de Naciones Unidas advierten de grandes obstáculos para operar en el terreno, donde reina la inseguridad, las limitaciones de acceso y la escasez de financiación.
El Plan de Respuesta Humanitaria para el país apenas cuenta con el 30 por ciento de la financiación, o sea, con 820 millones de dólares recibidos de los dos mil 700 millones de dólares que se necesitan.
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