La hermosa ciudad mediterránea de Niza y su famoso Paseo de los Ingleses darán la largada al pelotón en un trayecto corto, de apenas 132,8 kilómetros, pero en forma de diente de sierra con cuatro mil 600 metros de desnivel y cuatro ascensos puntuables, tres de ellos de primera categoría en fila, con cierre en el duro Col de la Couillole (casi 16 kilómetros de subida y pendiente media al 7,1 por ciento).
El tramo conocido por los asiduos de la carrera París-Niza no aportará el espectáculo que esperaban los organizadores en cuanto a la lucha por la camiseta amarilla, de la cual se adueñó en la cuarta etapa Pogacar, quien parece inalcanzable -salvo un percance- con sus más de cinco minutos de ventaja sobre su gran rival, el danés Jonas Vingegaard (Team Visma).
Sin embargo, habrá mucho en juego este sábado en los Alpes, desde la batalla por el segundo puesto entre Vingegaard y Remco Evenepoel (Soudal Quick-Step), con dos minutos de ventaja para el primero, hasta la expectativa por ver si el ecuatoriano Richard Carapaz (EF Education-Easypost) logra consagrarse rey de la montaña.
Pogacar está a las puertas de recuperar la corona del Tour de Francia conquistada en 2020 y 2021 y el danés a punto de ceder el título alcanzado en los últimos dos años.
Mañana la carrera más famosa y seguida del ciclismo mundial será historia en su edición 111 con una contrarreloj en Niza, destino alternativo a la tradicional final en los Campos Elíseos parisinos por la cercana celebración en la Ciudad de la Luz de los Juegos Olímpicos.
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