Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en el istmo la cobertura para la inoculación ante esas dolencias bajó del 97 por ciento en 2019 (dos mil niños), antes de la Covid-19, a 88 por ciento (ocho mil infantes) el año pasado.
Esta disminución de nueve puntos porcentuales implica que muchos más menores de edad quedan sin protección contra estas enfermedades prevenibles, situación que se agrava con la segunda y tercera dosis de esas vacunas.
Esto significa que 24 mil niños en 2023 no recibieron la serie completa, comparado con nueve mil en 2019; y ahora están en mayor riesgo de contraer esas enfermedades que pueden ser mortales.
También el sarampión muestra una preocupante disminución en su cobertura, según las autoridades sanitarias, pues la caída fue del 97 por ciento antes de la pandemia al 78 por ciento el año pasado, es decir 16 mil menores de edad no recibieron la primera dosis de esa vacuna.
El informe detalla que la disminución en las tasas de inoculación puede atribuirse a factores como la desinformación y miedo a las vacunas.
Además señala interrupciones en los servicios de salud debido a la Covid-19 y problemas logísticos como lo son la falta de acceso a centros de salud y la escasez de suministros.
Para la OMS y Unicef, Panamá debe atender con urgencia los objetivos de la Agenda de Inmunización 2030, en particular la necesidad de fortalecer los sistemas de salud y aumentar la concienciación sobre la importancia de las vacunas y combatir la desinformación.
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