El conflicto está centrado entre la refinería de Dangote, localizada en la ciudad portuaria de Lagos (oeste), y el ente regulador según el cual parte de los combustibles importados para refinar en las instalaciones propiedad del magnate incumplen las normas de calidad establecidas.
A pesar del ser el segundo productor de combustible de los países al sur del Sahara, Nigeria padece de una crónica escasez de carburante evidente en las largas colas de los automovilistas ante las estaciones de servicio.
La tesis de los legisladores afirma que “las licencias fueron emitidas fuera de las normas establecidas a lo que se suma el presunto incumplimiento de las normas internacionales establecidas por los laboratorios».
La magnitud del escándalo y de las acusaciones mutuas aconsejó al comité creado para la pesquisa a adoptar medidas para reducir las tensiones con Dangote Industries Limited, el emporio del magnate, acusado además por el ente regulador de querer monopolizar la refinación y distribución de los combustibles.
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