Ahora la cifra pasará de 24 y 40 respectivamente, lo que supone una reducción de más de la mitad de los que actualmente se encuentran en funcionamiento.
Dicha medida pretende aliviar la cada vez mayor presión turística en los espacios públicos.
Los autobuses turísticos solo tendrán autorización para realizar paradas en las terminales de Camélias, Asprela y Alfandega, además de crearse una zona de restricción para circuitos turísticos no autorizados y transporte discrecional, según informó el diario portugués Público.
La legislación también prevé obligar a todos los vehículos turísticos pequeños a ser eléctricos, usar una placa como autorización y facilitar una señal GPS a las autoridades municipales.
El tren turístico que opera en la ciudad podrá seguir funcionando hasta 2026, momento en el que se le negará la renovación del permiso.
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