El plan, presentado por el titular del organismo, António Guterres, advierte las consecuencias del actual contexto y sus implicaciones para la vida humana, las economías y las sociedades.
A inicios de junio, Guterres calificó el comportamiento de las temperaturas como autopista hacia el infierno climático luego de que Copernicus, el servicio de vigilancia climática de la Unión Europea, confirmara una racha de 12 meses consecutivos de calor sin precedentes.
El máximo responsable de Naciones Unidas calificó a las empresas de combustibles fósiles como los padrinos del caos climático y, por primera vez, pidió a todos los países que prohibieran la publicidad de sus productos derivados de combustibles fósiles.
«Estamos jugando a la ruleta rusa con nuestro planeta», dijo en su discurso centrado en la necesidad de encontrar “una rampa de salida de la autopista hacia el infierno climático”.
Según las estadísticas de Copernicus, cada mes desde julio de 2023 ha sido al menos 1,5 grados más cálido que las temperaturas anteriores a la industrialización, cuando los humanos empezaron a quemar grandes cantidades de combustibles fósiles.
La temperatura media global en los últimos 12 meses fue de 1,63 centígrados grados por encima de estos niveles preindustriales.
A juicio de los expertos y la ONU, se trata de una señal alarmante que contradice el Acuerdo de París de 2015, en el que los países acordaron limitar el calentamiento global a 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales.
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