El alcalde de la localidad, Richard Ireland, definió la situación como la “peor pesadilla» de la urbe, pues una muralla del fuego sigue su avance y consume importantes edificaciones pese a las labores ininterrumpidas de miles de bomberos y militares desplegados allí desde la noche de este miércoles.
La ciudad de Jasper está ubicada dentro del homónimo Parque Nacional, que es el más grande de Canadá y al cual llegan 2,5 millones de visitantes cada año atraídos por sus montañas, glaciares, lagos y cascadas.
Ayer el gobierno local declaró la emergencia, pero un día antes evacuó a los 25 mil residentes y turistas para evitar víctimas por la intensificación de las llamas.
Imágenes divulgadas en la prensa y redes sociales muestran amplia destrucción de la cobertura forestal, negocios y edificaciones antiguas, en muchas de las cuales solo quedaron en pie sus cimientos.
Los bomberos batallan por proteger las infraestructuras y esperan avanzar en las labores si finalmente caen las lluvias pronosticadas para esta jornada.
Al mismo tiempo vigilan de cerca a otro incendio que también amenaza con llegar a Jasper.
El oeste de Canadá sufre el estallido de múltiples siniestros provocados por la caída de rayos y que se avivaron con la sequía y el calor intenso.
Según reportes oficiales, solo en la provincia de Alberta arden más de 170 fuegos y preocupa que muchos se registran en la región de Fort McMurray, donde se extrae petróleo de las arenas bituminosas.
El año pasado Canadá sufrió un récord de incendios forestales que conllevó a refugiar a más de 235 mil ciudadanos, dejó un bombero muerto y más de 18 millones de hectáreas de bosques consumidas.
Para este 2024 igualmente se vaticina una temporada muy activa y el saldo puede ser peor por la persistencia de la sequía y las altas temperaturas en el presente verano.
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