El objetivo no era de ninguna manera complacer a todo el mundo, porque la unanimidad resulta impensada, explicó el tricampeón olímpico de canotaje, quien celebró el éxito del espectáculo desarrollado el 26 de julio con el río Sena y sus patrimoniales márgenes como epicentro. En una entrevista con el semanario Le Journal du Dimanche, precisó que en lugar de proponer algo muy consensuado, hasta un poco soso, los organizadores prefirieron una inauguración comprometida y con momentos fuertes.
Nos propusimos seducir y conquistar a los apasionados, y al mismo tiempo hacer reflexionar a los demás, subrayó.
Una Maria Antonieta cantando decapitada, el protagonismo de las drag queen y la recreación de La gran cena generaron críticas y malestar en un sector de la audiencia, así como en autoridades de la iglesia católica y políticos conservadores.
De acuerdo con Estanguet, se siente orgulloso de haber logrado “lo imposible”, en alusión a una ceremonia inaugural histórica, que despertó sobre todo elogios a escala global.
Por primera vez en los Juegos Olímpicos, estos iniciaron fuera de un estadio y con más de 300 mil espectadores presenciando el acto en vivo, además de los cientos de millones colocados frente al televisor.
mem/wmr