El número 36 del listado del orbe superó con extrema facilidad al europeo en un duelo en el cual se mostró constantemente dueño de los compases del partido.

La nave o La navoneta, apodos con el que se conoce al tenista, tomó muy en serio estos seudónimos y arrasó sobre Borges, incapaz de poder mantener el ritmo de las devoluciones del sudamericano.

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