La muerte de 12 civiles de la comunidad drusa el sábado último en la referida zona constituyó el incidente más mortal en casi 10 meses de intercambios de fuego a ambos lados de la línea fronteriza y la postura belicista de Tel Aviv y Washington puede derivar en una guerra total.
Desde el primer momento, Hizbulah, con acciones en el frente de batalla desde el 8 de octubre en apoyo a Gaza, negó rotundamente su responsabilidad del ataque y enfatizó que no tenía nada que ver con el suceso, contrariamente a las afirmaciones israelíes y de algunos medios de prensa.
No obstante, la entidad israelí, con respaldo de Washington, continúo con sus amenazas de extender la confrontación; y en este punto, el gabinete de seguridad autorizó al primer ministro, Benjamín Netanyahu, y a su titular de Defensa, Yoav Galant, a decidir cuándo y cómo tomar represalias.
En sus primeras reacciones, el secretario norteamericano de Estado, Antony Blinken, respaldó el derecho de Israel a defenderse, aunque más reciente la Casa Blanca consideró que no hay razón para provocar una escalada en el sur del Líbano, y todavía hay tiempo y espacio para la diplomacia.
A la luz de los contactos diplomáticos internacionales, Líbano renovó la posición de un alto el fuego y la plena implementación de la resolución internacional 1701, para deshacerse del ciclo actual de violencia.
Mediante una declaración, reiteró la necesidad de un alto el fuego sostenible en los frentes como la única solución posible para evitar más pérdidas humanas y un mayor agravamiento de la situación en la zona.
Una de las primeras reacciones libanesas, el exlíder del Partido Socialista Progresista Walid Jumblatt, llamó a ser conscientes sobre lo que está haciendo el enemigo para provocar conflictos, fragmentar la región y atacar a sus componentes.
La referencia dentro de la comunidad drusa exhortó a todos en el Líbano, Palestina y el Golán sirio ocupado a tener cuidado con cualquier desliz o incitación en el contexto del proyecto destructivo del enemigo.
Desde Naciones Unidas, el secretario general del organismo mundial, António Guterres, condenó el ataque israelí contra un campo de fútbol en Majdal Shams, en el Golán sirio ocupado. La máxima autoridad de la ONU exigió el cese inmediato de los intercambios de disparos a través de la Línea Azul que separa a Israel y Líbano, de acuerdo con el derecho internacional.
En medio de este panorama, los aviones y la artillería israelí provocaron víctimas y daños en sus incursiones a localidades del sur libanés; y en respuesta a estos crímenes los combatientes de Hizbulah mantuvieron sus golpes contra posiciones, sitios y equipos de espionaje de la entidad.
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