Se trató de un incremento interanual de los precios al consumo del 2,3 por ciento. El índice de julio pone fin a la tendencia de descenso gradual de las tasas.
En junio, los expertos registraron un aumento de los precios al consumo del 2,2 por ciento, tras el 2,4 de mayo.
La caída de los precios de la energía y el aumento solo moderado de los precios de los alimentos frenaron la inflación en julio. Por el contrario, los servicios se encarecieron significativamente, lo que es perceptible en los sectores de la restauración y la reparación de automóviles, por ejemplo.
En el sector de los servicios, los recientes acuerdos salariales más elevados de los sindicatos están teniendo repercusiones. Los alquileres también siguieron subiendo en junio. En vista de los fuertes aumentos salariales, el consumo privado es el rayo de esperanza más importante para la debilitada economía alemana. Las altas tasas de inflación de los dos últimos años ya son historia. De media para este año, los principales institutos de investigación económica esperan que la inflación en Alemania se ralentice significativamente hasta el 2,3 por ciento, frente al 5,9 de 2023.
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