Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los datos oficiales indican que los preparativos de la magna cita requirieron la adquisición de bienes y servicios por valor de dos mil 500 millones de euros.
Usualmente en negocios de esa envergadura, solo las grandes empresas, a menudo multinacionales, pueden cumplir los criterios de licitación, dejando de lado a las comunidades y empresas locales, valora el texto publicado este jueves por el organismo de Naciones Unidas.
Desde el principio, los organizadores de París “estaban decididos a que esto no ocurriera y a obtener los máximos beneficios sociales y medioambientales de su presupuesto”, acota el documento.
Por primera vez en la historia del movimiento olímpico, la fiesta deportiva en la capital francesa sigue las pautas de una Carta Social suscrita en 2018, en consonancia con la agenda de trabajo decente de la OIT.
Los compromisos, explicó la institución, abarcan un amplio abanico de áreas, entre ellas, el aseguramiento de condiciones laborales mínimas, la ayuda a las pymes para que participen en los procesos de licitación y contratación, y la garantía de que los subcontratistas y proveedores cumplan las Normas Internacionales del Trabajo, en particular el «trabajo digno», tal como lo define la OIT.
También, abunda el texto, hay puntos de referencia para fomentar la diversidad de género, la inclusión de personas con discapacidad y el desarrollo de las capacidades de los jóvenes.
«Esta Carta Social es algo muy estratégico. Hemos sido ambiciosos con los compromisos, no hemos seguido el camino fácil, queríamos resultados sólidos», declaró la directora de Impacto y Legado del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024, Marie Barsacq.
La Carta reunió a las entidades sindicales y patronales francesas con Solideo, el organismo encargado de la infraestructura física de los juegos, mientras la OIT prestó apoyo a las organizaciones de trabajadores y empresarios para ayudarles a formalizar sus compromisos y ponerlas en contacto con socios internacionales, aseguró la fuente.
Al decir de Barsacq, las normas establecidas por la Carta Social también ayudaron a garantizar que los trabajadores de los proyectos de construcción laboraran legalmente y con los menores riesgos posibles.
Durante las obras de construcción olímpicas, ejemplificó, solo se produjo una cuarta parte de la media de accidentes registrada en proyectos equivalentes en Francia.
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