En los últimos días, formaciones de la extrema derecha protagonizaron disturbios en protesta por la muerte de las tres menores, después que se especuló y ofreció información falsa sobre la religión y procedencia del autor del ataque con cuchillo, el joven de 17 años Axel Rudakubana.
Más de 30 manifestaciones fueron convocadas en todo Reino Unido, incluido en Nottingham, Rotherham, Cardiff y Belfast, con consignas xenófobas de poner fin a la inmigración, denunció la formación de lucha contra el racismo Hope no Hate, citada por la televisión capitalina.
El pasado martes, los participantes en las protestas, organizadas entonces por la ultraderecha, agredieron mezquitas en las ciudades de Sunderland y en Southport.
Para esta capital, las agrupaciones de extrema derecha citaron a una manifestación muy cerca de una concentración para defender los derechos de los palestinos, en medio del genocidio cometido por Israel en la Franja de Gaza, con saldo de 39 mil 500 muertos, casi todos civiles.
La policía británica advirtió que de ninguna forma permitirá el uso del derecho a la protesta pacífica como medio para cometer actos de violencia o incitar al odio racial o religioso.
El pasado jueves, el primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, prometió el cese de la violencia, luego de los disturbios en el país por el reciente ataque con arma blanca en Southport.
Starmer aludió en una alocución a las mezquitas atacadas, el lanzamiento de bengalas contra la estatua de Winston Churchill y a un saludo nazi en el Cenotafio.
Además, mencionó que estas acciones proceden de una pequeña e inconsciente minoría instigada por la extrema derecha.
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