En declaraciones al diario “Neue Osnabrücker Zeitung”, la presidenta de la Asociación Alemana de la Industria del Automóvil (VDA), Hildegard Müller, consideró que el encarecimiento de la energía y la excesiva burocracia constituyen peligros evidentes.
Según comentó, en algunos casos las plantas solo pueden mantenerse en Alemania porque ganan dinero en emplazamientos ubicados en el extranjero; “tenemos un grave problema de localización”, remarcó.
A juicio de la empresaria, sin el abaratamiento de la energía, el aseguramiento de las materias primas y la reducción de la burocracia, será prácticamente imposible mantener los actuales niveles de empleo en la rama automotor.
Sin embargo, la Unión Europea (UE) va por otro camino con la Ley de la cadena de suministros, por ejemplo, y acumula nuevas trabas burocráticas, opinó Müller, quien también exhortó al Gobierno alemán a pasar de las palabras a los hechos para detener la progresiva desindustrialización de la economía nacional.
“No fracasaremos porque ya no construyamos buenos coches. Todo depende de las condiciones marco”, sintetizó la representante de VDA, igualmente preocupada por los efectos negativos por los aranceles punitivos de la UE a los vehículos eléctricos chinos.
Hay una amenaza de medidas de respuesta por el gigante asiático y “una espiral de proteccionismo probablemente golpearía a Alemania como nación exportadora más afectada”, indicó.
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