Para los estudiosos, los llegados de las Islas Canarias se integran a las labores agrícolas y crea el arquetipo cultural del «guajiro», vocablo usado para llamar a los campesinos en la Mayor de las Antillas.
Las tierras, poblados y bateyes recibieron en los siglos XVIII para bien la migración de Las Afortunadas, y sumaron al desarrollo de esta zona central de Cuba, con fuerte presencia en los municipios de Cabaiguán y Taguasco, atraídos por el desarrollo del cultivo del tabaco.
Según la historiadora de Sancti Spíritus, María Antonieta Jiménez, las relaciones canario-cubanas desde los primeros momentos fueron sólidas y en la actualidad ese intercambio familiar sigue presente en las nuevas generaciones, afirma.
La mayoría de la población cubana vive orgullosa de llevar un apellido isleño, descendiente incluso de los primeros canarios, y comenta: Cristóbal Colón descubrió a Cuba el 27 de octubre de 1492, fecha en que también algún isleño pisó tierra cubana.
Cronistas del Archipiélago Canario relacionan que durante la primera mitad del siglo XVI en las expediciones, aparte de marineros y soldados, embarcaron agricultores para satisfacer la demanda de cierto personal idóneo y necesario en los cultivos del campo.
Se afirma que Cristóbal Colón en el segundo viaje embarcó un guanche –aborigen de Tenerife- como intérprete para comunicarse con indígenas de tierras a conquistar y en el cuarto al pasar por las Islas Canarias enroló lugareños en su expedición.
El cronista Manuel Hernández, en su estudio Isleños en Cuba, estima que después de 1882 arribaron al continente americano más de tres millones y medio de españoles, de los cuales un tercio fue acogido por la Isla caribeña.
La mayoría se estableció en el territorio habanero, mientras otros decidieron buscar fortuna en la región central, en especial en las zonas tabacaleras (Remedios, Santa Clara y Sancti Spíritus).
En la zona más oriental la presencia canaria fue escasa, con excepción de Camagüey (antigua Puerto Príncipe, villa fundada en 1514 por los españoles), donde benefició el desarrollo ganadero.
Datos de la época revelan además que, en la primera mitad del XVIII, cerca del 50 por ciento de los colonizadores provenían de las islas españolas. Entre 1913 y 1914 Cuba acogía a más del 85 por ciento de quienes salieron por el puerto de La Palma.
Los emigrantes se convirtieron, en primera instancia, en el motor impulsor del desarrollo tabacalero y posteriormente de la industria azucarera.
Tienen en su historial ser promotores de la fundación de Matanzas (1693), Sagua, San Carlos de Nuevitas, Manzanillo y Santiago de las Vegas.
Los «guanches», gentilicio que se generalizaría para denominar a los pobladores de las Islas Canarias, llegaron a América con su devoción a la Virgen de la Candelaria, surgida en Tenerife en el siglo XIV, y sus tradiciones.
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