El Centro de Información Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados (B’Tselem) publicó un informe de 90 páginas que contiene los testimonios de 55 detenidos palestinos tras su liberación.
Los ciudadanos confirmaron los maltratos y vejaciones a las que fueron sometidos en esos centros, aseguró.
Titulado “Bienvenidos al infierno: La transformación de las prisiones israelíes en una red de campos de tortura”, el texto detalla el trato dado a los prisioneros palestinos desde el estallido del nuevo ciclo de violencia, el 7 de octubre de 2023.
Los testimonios muestran que más de una docena de centros de detención israelíes, tanto civiles como militares, fueron transformados en una red de campos cuyo objetivo principal es abusar de las personas recluidas, alertó la organización.
“Cualquiera que traspase las puertas de este espacio está condenado al dolor y al sufrimiento más intenso, deliberado y continuo, un espacio que prácticamente funciona como un campo de tortura”, condenó.
Entre los abusos citó agresiones sexuales, humillaciones, hambre deliberada, malas condiciones sanitarias, privación del sueño y la negativa a permitir el culto de los detenidos y la falta de atención médica.
A lo largo de los años, Israel encerró a cientos de miles de palestinos en prisiones, que siempre fueron utilizadas como una herramienta para la opresión y el control de la población árabe, indicó.
La institución estimó que estas prácticas son posibles porque “los mecanismos estatales (israelíes) están experimentando cambios sistémicos terroríficos, en una explotación cínica de la pérdida, el miedo y la venganza que barren al país” tras ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023.
Las circunstancias y los pretextos para los arrestos variaron, entre los prisioneros, tanto hombres como mujeres, se encuentran médicos, académicos, abogados, estudiantes, niños y dirigentes políticos, indicó.
Algunos fueron encarcelados simplemente por expresar simpatía por el sufrimiento de los palestinos, otros por su actividad militar en la Franja de Gaza, muchos por sospecha, apuntó.
“Los prisioneros forman un amplio espectro de personas de diferentes áreas, con diferentes opiniones políticas, lo único que tienen en común es ser palestino”, manifestó.
B’Tselem consideró que la realidad descrita en los testimonios de los prisioneros solo puede explicarse como el resultado de la deshumanización en curso del colectivo palestino en la percepción pública israelí.
Este proceso, en marcha con una intensidad variable desde 1948 y el establecimiento del Estado de Israel, se arraigó tan firmemente desde la guerra que ahora prevalece y se acepta en el discurso público de nuestro país, cuestionó.
“Los llamados de figuras públicas y políticos para el genocidio y la expulsión masiva de los palestinos se han convertido en un lugar común. Los medios de comunicación israelíes reverberan y normalizan este discurso incendiario”, advirtió.
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