Lula llegó el 5 de agosto a Santiago, donde se reunió con su par Gabriel Boric y otras autoridades, asistió a un encuentro empresarial y presidió la firma de una veintena de acuerdos en materias como seguridad, salud, comercio, cultura, ciencia, turismo y agricultura.
Ambos países también rubricaron un Memorando de Cooperación en Actividades Espaciales para Fines Pacíficos, en una ceremonia efectuada en la comuna de Cerrillos.
El mandatario viajó a este país acompañado por 14 ministros y más de 250 hombres de negocio, en una visita de Estado que tuvo el énfasis en los temas económicos y en la integración.
“Los empresarios saben que la integración con sus vecinos volvió a ser una prioridad para Brasil. Esta certeza genera confianza para negociar e invertir”, escribió Lula en su cuenta de X.
En 2023 Brasil fue el primer socio comercial de Chile en la región y el tercero a nivel mundial.
Si bien la visita de Lula fue positiva para el país, esta semana también ocurrieron hechos lamentables, como el anuncio del cierre de la siderúrgica de Huachipato, después de 70 años de funcionamiento.
La planta suspenderá los procesos de producción de coque, los altos hornos, la acería, colada continua y laminación de productos de acero, lo cual afectará a más de 20 mil empleos y tendrá efectos devastadores en la sureña región del Biobío, donde se encuentra enclavada.
La clausura de la siderúrgica se da a pesar de que la compañía exigió hace varios meses a la Comisión Antidistorsiones la aplicación de sobretasas a la importación de las barras de acero de origen chino.
Su quiebre confirma las tesis de algunos economistas que vinculaban los problemas en la planta a ineficiencias y no a una eventual competencia desleal de empresas del gigante asiático.
En un mensaje publicado en su cuenta de X, el ministro de Economía, Fomento y Turismo Nicolás Grau calificó la noticia como devastadora y acusó a la compañía de no haber hecho los esfuerzos necesarios para la estabilización de sus finanzas tras la aplicación de las sobretasas.
Fue una semana de convulsiones laborales y sociales, si se suman también el paro y las marchas de profesores para exigir al Gobierno el cese de la violencia y maltrato en las escuelas y el pago de la deuda histórica a los jubilados.
A la huelga de 24 horas se añadieron las protestas por los prolongados apagones de más de una semana que afectaron a un millón de clientes y aún mantienen sin electricidad a varias comunas, después de un temporal.
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