En el encuentro, en el cual participaron además los gobernadores de las regiones limítrofes con Ucrania y algunos ministros, Putin enfatizó en que es necesario hacer una evaluación de los acontecimientos en curso, al referirse a la incursión ucraniana en Kursk, refirió el comunicado de la presidencia rusa.
El jefe de estado consideró el ataque del ejército ucraniano en la provincia de Kursk como un intento de detener el avance de las fuerzas rusas en Donetsk y Lugansk.
Putin afirmó que la provocación armada de Ucrania en la zona fronteriza busca reforzar su posición en las futuras negociaciones. «Ahora está claro por qué el gobierno ucraniano rechazaba nuestras propuestas de retomar el plan de paz», señaló.
Se desprende que es obvio que las negociaciones no tienen sentido mientras Ucrania ataca a los civiles.
Otro de los objetivos de los militares ucranianos, indicó el presidente, era sembrar la discordia en la sociedad rusa, atemorizar a la gente, erosionar la unidad. «La respuesta de los ciudadanos rusos no se hizo esperar. Es el apoyo a todos los que se vieron afectados», apuntó.
Según el mandatario, la cantidad de personas que desean firmar los contratos con el Ministerio de Defensa para ir al frente creció en los últimos días.
El 6 de agosto, las Fuerzas Armadas de Ucrania lanzaron un ataque masivo en la región rusa de Kursk. El 9 de agosto las autoridades de Rusia introdujeron el régimen de operación antiterrorista en las regiones fronterizas de Kursk, Briansk y Bélgorod.
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