En un comunicado leído en la televisión nacional, el ministro de Relaciones Exteriores expresó que desde el país norteño prefieren destruir el mundo, exterminar pueblos y gobiernos que no hacen consenso con Washington, al poner en acción sus instrumentos de agresión.
El jefe de la diplomacia nicaragüense censuró el financiamiento multimillonario entregado durante muchos años por la NED para crear condiciones y lograr sus objetivos y fines desestabilizadores y golpistas en diferentes países.
“Irak, Afganistán, Irán, República Democrática de Corea, Libia, Siria, Palestina, China, Rusia, Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia, entre otras naciones hermanas, han luchado y continúan resistiendo y venciendo campañas de desestabilización de su integración territorial y golpes de Estado”, manifestó.
Señaló que esas acciones llamadas eufemísticamente “revoluciones de color o primavera árabe”, son financiadas, armadas y dirigidas por Estados Unidos a través de la NED y otros organismos norteamericanos empecinados en continuar siendo dueños del mundo, cuando ya no lo son.
“La NED ha sido financiada por el Gobierno de Estados Unidos y ha tenido como objetivo interferir en los asuntos internos de otros países y sabotear los gobiernos legítimos de países soberanos e independientes”, resaltó.
Moncada comentó que la NED es conocida como la segunda Agencia Central de Inteligencia (CIA) y ha sido un instrumento de Washington para realizar acciones terroristas, criminales y golpistas en Asia, África, América Latina, el Caribe, Medio Oriente y Europa Oriental.
Manifestó que la agenda principal de dicha organización consiste en desestabilizar gobiernos para llevarlos a la subyugación del imperio norteamericano.
Precisó que para realizar tales acciones utilizan decenas de millones de dólares de los impuestos del pueblo norteamericano que desconoce e ignora que esos recursos los dedica la élite del gobierno estadounidense para agredir a otras naciones.
El titular de Relaciones Exteriores recordó que la NED fue creada durante el mandato del presidente Ronald Reagan (1981-1989) y colaboró de forma activa en la guerra encubierta contra Nicaragua en los años ochenta y noventa.
“También apoyó y financió a los medios y oposición contrarrevolucionaria y fue clave en la invasión a Panamá en diciembre de 1989”, señaló.
Según el canciller, el poder imperial hegemónico pierde terreno y mientras rueda al precipicio, da zarpazos de fiera herida contra Gobiernos y pueblos dignos y soberanos que luchan, resisten y vencen como Venezuela, Cuba, Nicaragua y otros pueblos hermanos.
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