Chaves y la delegación que lo acompaña fueron recibidos en el Aeropuerto Internacional de Tocumen por el vicecanciller Carlos Ruiz-Hernández.
Según la agenda, el mandatario tico y los integrantes de esa comitiva asistirán esta noche a una cena que ofrece el ministro de Relaciones Exteriores, Javier Martinez-Acha, y mañana sostendrán conversaciones oficiales con su par anfitrión en el Palacio de las Garzas (sede del Ejecutivo).
Las pláticas, según un comunicado oficial, girarán en torno a temas migratorios, de seguridad binacional y sobre la cooperación económico-comercial.
Junto al mandatario tico viajaran el canciller Arnoldo André Tinoco; y los ministros de Seguridad, Mario Zamora; de Comercio Exterior, Manuel Tovar; y de Comunicación, Arnold Zamora.
Panamá y Costa Rica mantienen relaciones diplomáticas desde hace 120 años y son vigentes mecanismos de diálogo político y de cooperación como el Consejo de Asociación, bajo el liderazgo de los cancilleres.
Además intercambian en el marco de la Comisión Mixta Permanente de Límites Panamá-Costa Rica y el Programa de Integración Fronteriza Aduanera (PILA), entre otros.
Este jueves en su conferencia de prensa semanal, Mulino afirmó que el tema de la migración irregular y el fortalecimiento de la seguridad en las zonas limítrofes será eje en sus conversaciones con Chaves.
Abordaremos asuntos de seguridad fronteriza, sobre todo en Paso Canoas, muy accesible; y donde prevemos construir instalaciones que refuercen el trabajo que allí se hace por la Aduana y el Servicio Nacional de Fronteras, entre otras instituciones, precisó.
Sobre esta primera invitación a una visita oficial al mandatario tico, dijo que se trata de una nación vecina, además de Colombia; y lo catalogó como un amigo, quien cuando él era apenas candidato a la jefatura del Estado istmeño lo recibió en Casa Presidencial en San José y le dio aliento.
En octubre de 2023, en la anterior administración de Laurentino Cortizo, el presidente tico recorrió la comunidad de recepción de migrantes en Lajas Blancas, en la selva de Darién, en la frontera con Colombia.
El pasado año, según cifras oficiales, cruzaron la inhóspita selva más de 520 mil personas, de ellas un 20 por ciento de menores de edad.
Ambos Gobiernos apuestan por garantizar una migración controlada y segura, pero requieren de apoyo internacional y demandan responsabilidad compartida entre las naciones emisoras, de tránsito y de destino.
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